Tecnología educativa en el aula. Todos hemos visto a niños pequeños interactuando con los teléfonos inteligentes de sus padres, imitando a mamá hablando con un amigo, sacándose una foto o navegando por la Internet. Los niños de hoy en día no conocen un mundo sin dispositivos tecnológicos y medios interactivos sofisticados. Lo más probable es que niños desde muy temprana edad conozcan la utilización de los dispositivos móviles o Pc mejor que cualquier adulto en toda su vida.
Dado que los niños están naturalmente interesados en estos dispositivos, el aula preescolar es el momento para introducir la tecnología educativa en el aula. Con todos los recursos que esta tecnología educativa brinda, en la actualidad son muchos los educadores que integran la tecnología con intención en sus aulas. De allí, que hemos preparado este material para usted; solo requiere un poco de planificación llevar la tecnología educativa a su aula.
5 formas efectivas de incluir la tecnología educativa en el aula
El uso racional de la tecnología educativa en el aula debe honrar y mejorar el aprendizaje de la infancia sin usurpar o sofocar su creatividad y sentido natural de la exploración. Considere estas 5 formas efectivas de incluir la tecnología educativa en el aula y lograr el balance que se necesita:
Use aplicaciones y software. Que fomenten la resolución creativa de problemas en lugar de la perforación. Hay miles de aplicaciones y juegos para el aprendizaje temprano, y algunos son mucho mejores que otros.
Evite los programas que reducen a los niños a receptores pasivos de información o entretenimiento. Y aunque los ejercicios pueden afinar ciertas habilidades, no comprometen el cerebro creativo del niño. Las aplicaciones abiertas como Speakaboos y Leo’s Pad ofrecen excelentes programas de aprendizaje interactivos y adaptables que son perfectos para el aula. Poniendo a su alcance atractivos juegos y actividades.
Usar dispositivos de fantasía. No es necesario que en el aula se requiera el uso obligatorio de dispositivos electrónicos reales. Como educadores, siempre se busca ofrecer juegos que permitan explorar la imaginación y creatividad del niño, ejemplo de esto ocurre cuando un padre o un familiar le entregan a un niño un juguete nuevo, probablemente antes de pasar a jugar con el nuevo juguete el niño pase horas jugando con la caja o el envoltorio del mismo.
Lo mismo ocurre con los dispositivos tecnológicos en el aula. El centro de juegos imaginarios de un aula no necesita una estufa real o bebés reales para que los niños jueguen en casa. Del mismo modo, el aula no necesita iPads o tables reales u ordenadores para desarrollar la curiosidad de los niños sobre su uso.
Elija programas que sean adecuados para los niños y que promuevan la interacción social positiva y la colaboración. Una de las últimas cosas que se debe evitar es que la tecnología en el aula aísle a los niños y reemplace la interacción con los compañeros y los maestros. La relación maestro-estudiante y otras interacciones sociales son la base de un ambiente de aprendizaje saludable. En cambio, los programas más eficaces para niños pequeños les permiten trabajar juntos en parejas o en pequeños grupos, interactuando y colaborando ente sí.
Utilice usted mismo las herramientas y dispositivos. Los estudiantes no necesitan ser asignados a un dispositivo tecnológico en el aula. Hay muchas maneras en las que usted, como profesor, puede utilizar la tecnología para enriquecer su entorno de aprendizaje que no implican directamente el uso práctico por parte de los alumnos. La tecnología educativa permite a los profesores mejorar la instrucción, documentar los datos, mejorar la comunicación y mejorar la evaluación.
Cuando se trata de educar a niños pequeños, las relaciones significativas y el contenido de alta calidad son la base. Sin estos fundamentos, la tecnología más innovadora logra muy poco. Pero si se añade una tecnología educativa de vanguardia y eficaz a una excepcional caja de herramientas para el profesor, las posibilidades son infinitas.